La espiral que no cesa. . .
En el Mundo actual en que vivimos, esta mos constantemente expuestos a cambios inesperados y rápidos, que nos exigen más dedicación, más conocimiento, más competencia. ¡Imposible quedarse atrás! Al mismo tiempo nos obligan a hacernos cargo de más obligaciones. Por otra parte, los problemas políticos y ambientales nos empiezan a preocupar cada día más. Estos estímulos externos, propios de esa realidad que hemos construido los seres humanos, parecen atacarnos y nuestra mente se enreda en sí misma, nacen los pensamientos negativos, se generalizan situaciones y no podemos encontrar un poco de sosiego para “pensar claramente”. El apuro, la falta de tiempo y la exigencia vivida o que vivimos, acaban por crear un tornado existencial que nos absorbe y debilita, bajan las defensas y enfermamos: Ha llegado a nuestras vidas, su majestad, el Estrés y como tal comenzamos a sufrir los efectos de su dominio y despotismo. Ya estamos cautivos y comienza nuestra lucha por deshacernos de él. Much