Misiones Jesuíticas II
La Mesopotamia fue considerada durante el siglo XIX como una región geográfica de la República Argentina, integrada por las provincias de Misiones, Corrientes y Entre Ríos. Sin embargo, durante el siglo XX fue descartada como tal, conservando su carácter de agrupación histórica de las tres provincias, cuyo principal motivo de establecimiento fue que se encuentra delimitada por los ríos Paraná, Uruguay, Iguazú, San Antonio y Pepirí Guazú, lo que le otorgó características de unidad aislada respecto del resto del país hasta la construcción de las obras ferroviales de vinculación.
Su nombre, al igual que el de la clásica Mesopotamia del Oriente Medio significa “entre ríos.
Su territorio abarca 196 781 km², presentando fisonomías diversas que han sido agrupadas a los fines turísticos en dos corredores: el Corredor del río Paraná (al oeste) y el Corredor del río Uruguay (al este).
En la Argentina, ninguna otra región geográfica puede exhibir un número comparable de especies vegetales o animales. En su flora y fauna autóctonas se hallan más de 2000 especies conocidas de plantas vasculares, más de 402 especies de aves (la tercera parte del total de la Argentina) e innumerables insectos.
Las ruinas de San Ignacio Miní son las mejores
conservadas. Esta reducción fue construida en el año 1632, conformando un
verdadero pueblo con viviendas, iglesia y talleres.
Durante más de ciento cincuenta años, miles de guaraníes participaron en una notable experiencia dirigida por sacerdotes de la Compañía de Jesús. |
Estas Misiones se instalaron en la selva y se
mantuvieron con la agricultura y con el ganado que allí se criaba. La
agricultura guaraní se enriqueció con nuevas plantas. Los guaraníes cultivaban
tanto las parcelas de cada familia, denominada Abambaé (“propiedad del
hombre”), como la Tupambaé(“propiedad de Dios”), destinadas a mantener el
templo, los talleres y los necesitados.
Para conseguir productos especiales como caballos,
semillas o anzuelos, viajaban a Asunción, Santa Fe o Buenos Aires, donde los
compraban o cambiaban por su yerba mate, que era muy solicitada por los
habitantes de las ciudades y del campo.
Testimonio |
Maqueta en vitrina de cómo habría sido la Iglesia de San Ignacio Miní |
Precioso ejemplar en el parque de las Ruinas |
Otro típico de la zona misionera de hermosa madera |
Una recomendación: Imperdible, el espectáculo de luz y
sonido que se ofrece en San Ignacio, teniendo como fondo los restos en pie de
la Misión. Realmente una belleza para disfrutar, entre imágenes, música e
historia de como supuestamente los hechos ocurrieron. Una forma amena y
didáctica de aprender. Eso sí hay que esperar a que se ponga el sol.
Fuentes:
Folletería, conocimiento personal, explicaciones de
los guías.
Otras
http://www.oni.escuelas.edu.ar/
http://www.argentina.ar/_es/turismo/C1534-misiones-jesuiticas-guaranies.php
http://www.proyectoyobra.com/misiones.asp
Bello lugar.
ResponderEliminarYa lo creo, lector, un encuentro con historia también.
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