Una síntesis necesaria III

Fotografía propia (2018)



¡Bienvenidos a mi casa!

Se reconoce como día del origen de Alta Gracia el 8 de abril de 1588, momento del encuentro de las culturas aborigen y española en el Valle de Paravachasca, según la Carta orgánica municipal de 1999.


Se reconoce el día 24 de septiembre, fecha de la festividad de la Virgen, Nuestra Señora de la Merced, Patrona de esta comunidad.

Cuando se trata de identificar a Alta Gracia, en todo tipo de grafía escrita o artística, la Iglesia de Nuestra Sra. de la Merced, ha sido y es, el ícono distintivo.

Cuentan los libros que. . .
(1767-1810)

En el año 1767 por disposición de la Corona española, según el real decreto de fecha 2 de febrero, los padres de la Compañía de Jesús son expulsados de los dominios de Carlos III en América, pasando sus bienes a ser administrados por la Junta de Temporalidades. El mandato se cumple en Alta Gracia, el 14 de julio de dicho año, y para el día 22, se dispone la salida de Córdoba rumbo a Buenos Aires, camino al destierro.

“La administración de las temporalidades fue prolongada y alcanzó hasta principios del siglo XIX. Una primera etapa de esa administración corresponde al período 1767 á 1770, gestión inicial o provisoria que desempeñó Francisco de Paula Bucareli en el Río de la Plata. Una segunda etapa, desde 1770 á 1785 está signada por la labor de la Junta Superior y las Juntas Municipales, creadas a ese efecto."


Una Cédula Real del 27 de marzo de 1769 crea las Juntas de Temporalidades Provinciales y Municipales. En Córdoba, con un presidente y tres vocales se creó la Junta el 11 de junio de 1770, teniendo como obligaciones más importantes, la  de fiscalizar las administraciones y organizar las ventas de todos los bienes confiscados a los jesuitas.


Mucho después


La Estancia de Alta Gracia, fue mal administrada, con un desmantelamiento en su aparato productivo, dando pérdidas a lo largo de los cinco años. 
Los esclavos negros son llevados a Córdoba, quedando prácticamente abandonada.

La imposibilidad de administrar la Estancia por la Junta de Temporalidades hace que el mismo Gobernador y Capitán general del Río de la Plata, Juan José de Vértiz, dispusiera en 1772, el remate público de la estancia y sus bienes.

Juan José de Vértiz
Así, la estancia de Alta Gracia se remata en 1773, adquiriéndola José Rodríguez, quien promete pagarla en tres cuotas a lo largo de nueve años, otorgando en garantía su propiedad de la ciudad de Córdoba, vivienda que compartía con su esposa doña Felipa Catalina Ladrón de Guevara, conocida como la “Casa del Virrey”, actual Museo Provincial Marqués de Sobre Monte.

En 1785 hipoteca Alta Gracia y sus propiedades en Córdoba y obtiene de la Junta de Temporalidades nuevos plazos. Muere en 1786, haciéndose cargo de la administración de la Estancia su hijo, Manuel Antonio Rodríguez, permaneciendo en sus funciones por diez años. En 1787 hay un notorio menoscabo de la producción de la Estancia y se acuerda una nueva prórroga para la liquidación de la deuda. Para ejecutar el crédito de Don José Rodríguez a favor de la Junta de Temporalidades, se remata nuevamente la Estancia en 1796.

Resulta mejor postor Juan del Signo, a quien se le adjudica la Estancia actuando como apoderados Victorino Rodríguez y Antonio de Arredondo. Victorino era hijo del deudor ejecutado e integraba a su vez la Junta de Temporalidades que había dispuesto la subasta. Al poco tiempo se produce la división de la extensa propiedad de acuerdo a un arreglo entre los compradores:

Los puestos principales y la mitad de los esclavos, para Arredondo, lo cual significaba jornadas de uno o dos días a caballo por senderos rocosos para visitarlos. El Convento y las tierras que lo rodeaban para Victorino Rodríguez quien lo poseyó hasta 1810, fecha en que la Estancia, mucho más reducida es vendida.


Los puestos principales y la mitad de los esclavos, para Arredondo, lo cual significaba jornadas de uno o dos días a caballo por senderos rocosos para visitarlos. El Convento y las tierras que lo rodeaban para Victorino Rodríguez quien lo poseyó hasta 1810, fecha en que la Estancia, mucho más reducida es vendida.

El 17 de enero de 1810, un nuevo propietario entra en la historia de la estancia, el héroe de las invasiones inglesas, don Santiago de Liniers.

Santiago de Liniers

Tiempo después, Liniers habría de comentar a un amigo suyo:

 “. . .He colgado la espada para empuñar el arado; cuando considero que la casa e iglesia, toda de piedra, ladrillo y cal, todo de bóvedas, si fuese a edificar no se podrían hacer [por] menos de 150.000 pesos, me asombro de mi adquisición. . .”
  
Algunas Fuentes de esta entrada: Conocimiento personal adquirido en Libros sobre la historia de la ciudad.




(Continuará el jueves 12 de septiembre)


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