Testigo del tiempo


Edificios con Historia
Provincia de Córdoba, Argentina



Estancia Jesuítica de La Candelaria

Declarada: Monumento Histórico Nacional, Decreto 106.845 /1941

La Estancia de La Candelaria aparece a la vista del visitante en la inmensa soledad de la pampa de altura, dentro del sistema montañoso de Córdoba, como un firme testimonio de la empresa jesuita en estas desoladas y lejanas tierras de América del Sur, que no difieren mucho, hoy, de aquéllas con las que lidiaron los sacerdotes de La Compañía de Jesús.



La visión del paisaje y de la capilla casi intacta, sumidas en el silencio de un viento suave, generan una emoción inusual, mezcla de admiración y congoja, difícil de comparar y olvidar.


La Candelaria es la más extensa de las estancias jesuíticas dentro del territorio de la Provincia de Córdoba, y está ubicada en las Sierras Grandes, al NO de la capital cordobesa, en el Departamento de Cruz del Eje. Debe su nombre a la española Virgen de las Candelas.


“Propiedad del Gobierno de la Provincia de Córdoba, su puesta en valor ha representado un desafío complejo. Ubicada en la Pedanía La Candelaria, en el Departamento Cruz del Eje, su entorno presenta en la actualidad un patrón poblacional rural disperso. Las 150 familias de la Pedanía señalan con orgullo su permanencia en el lugar desde hace más de 200 años. Alejada de las rutas y los circuitos comerciales, la declaración de la UNESCO y las tareas de restauración que se llevan a cabo, han promovido a la Estancia como un punto de referencia para el Turismo Cultural nacional e internacional.”


La Estancia Jesuítica de La Candelaria integra un complejo histórico-arquitectónico declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad el 29 de noviembre del año 2000, junto a la Manzana Jesuítica de la ciudad de Córdoba y las Estancias de:
Caroya
Jesús María
Santa Catalina y
Alta Gracia


Las Estancias Jesuíticas fueron antiguos establecimientos agropecuarios diseñados y administrados por los integrantes de la Orden de la Compañía de Jesús, conocidos como jesuitas.

Estancia Jesuítica de La Candelaria

Estancia Jesuítica de La Candelaria


Estancia Jesuítica de La Candelaria

La antigua merced de tierras que en un principio perteneció al capitán García de Vera y Mujica fue donada por sus descendientes, en 1673, a la Compañía de Jesús con el objetivo de contribuir al sostenimiento del Colegio Máximo de Córdoba. Los religiosos transformaron rápidamente el lugar en un foco de producción agropecuaria y adquirieron tierras lindantes hasta constituir una propiedad de 300 mil hectáreas. La Estancia de La Candelaria se dedicó principalmente a la ganadería mular, destinada al tráfico de bienes desde y hacia el Alto Perú.



Estancia Jesuítica de La Candelaria

Una vez expulsados sus mentores, en 1767, la Junta de Temporalidades dispuso su fraccionamiento para sucesivas ventas. Al igual que lo acontecido en las restantes, el casco de la Estancia de La Candelaria fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1941 y fue adquirido por el gobierno provincial recién en 1982.
Las tareas de restauración permiten visitar algunas habitaciones donde se reconstruyeron los techos, como las del Padre encargado principal y su ayudante. 



En aquellos tiempos, los jesuitas no sólo debieron afrontar el rigor del clima y la geografía, sino también la presencia de los pueblos originarios que se resistían la colonización. Es por eso, por lo que, arquitectónicamente, la construcción combina elementos de una residencia con un fortín. Al lado de su entrada, un pequeño recinto con un orificio permitía mantener la guardia frente a los malones, incluso durante el oficio religioso.
En efecto, aquel entorno marcó la diferencia arquitectónica con las otras estancias jesuíticas, ya que su situación intermedia entre fortín y residencia con santuario es única en nuestra Provincia.
Los esclavos negros proveyeron la mano de obra para erigir el lugar y todavía se pueden encontrar las ruinas de sus ranchos, cerca de los corrales, molinos y acequias y algo más distantes de la residencia de los sacerdotes y la capilla destinada al culto religioso.



La iglesia de la Candelaria es de líneas austeras, sobresale por su espadaña barroca que acuna dos campanas. Permanece casi intacta, con sus techos de caña y tirantes de madera, blanca de cal, excepto en el altar donde se destacan sus colores pasteles y ornamentos simples, con algunas imágenes y una talla en madera de la Virgen de la Candelaria traída por su original propietario de las Islas Canarias.

Capilla de La Candelaria

Ingresando a la Capilla de La Candelaria. Abajo, Lateral de la misma


 En su interior, No está permitido tomar fotografías. Su acceso es acompañado de guía y se permiten pocas personas.


Testimonio
A partir de la expulsión de los jesuitas estos predios fueron abandonados y tuvieron distintos dueños. Sus construcciones se deterioraron. En 1980, la Provincia de Córdoba adquirió el casco de la antigua Estancia, restauró la Capilla y conservó algunas construcciones realizadas en piedra, viviendas, tajamar y molino. 








Vista del camposanto con la capilla de fondo

Casco de la estancia y delimitación de las ruinas








Es de tener en cuenta y a los fines turísticos, que la accesibilidad a la Iglesia es limitada. En efecto, el ingreso tiene una escalera de cuatro peldaños. Existe una entrada alternativa por el costado derecho pero también con escalones.  No posee rampas. El recorrido por la estancia no posee sendas demarcadas ya que se encuentra en una zona de campo.

Nota 1:
Se puede visitar de martes a domingo, durante el día y hasta las 18 hs. Hay guías para el acceso a la Capilla. Se puede obtener más información en la oficina de turismo de la ciudad de Cruz del Eje, ubicada a 74 km de la Estancia.

Nota 2:


EL 2 de febrero de cada año, la Estancia se viste de fiesta en homenaje al Día de la Virgen de La Candelaria.

Un día antes, lugareños y habitantes de los pueblos vecinos comienzan a congregarse cerca de la capilla, donde se instala una feria con puestos de comidas típicas y otros productos regionales. El clima de júbilo se acrecienta con la llegada de las agrupaciones de gauchos a caballo que convergen en este punto de fe. Así, a las 10 del 2 de febrero, la fiesta de Nuestra Señora de La Candelaria comenzará con la presencia de feligreses, turistas y agrupaciones gauchas. El sacerdote de Villa de Soto, por su parte, atenderá los pedidos de los devotos y realizará confesiones y bautismos. La misa principal será aproximadamente a las 11. Luego de la ceremonia, se realizará una procesión por las inmediaciones de la estancia. Más tarde, la imagen volverá al interior del templo ante la solemne reverencia de las agrupaciones gauchas. Así, el pueblo reunido en el lugar compartirá la misma fe, los sabores y la belleza del paisaje en un clima de concordia y hospitalidad.

Tras el almuerzo, el baile y la música folklórica brotarán espontáneamente entre la concurrencia. El cantar del pueblo discurre como el agua clara de un arroyo hacia el apacible mar de silencio. Un año más, la luz de la candela alumbró la esperanza.
( Texto del Diario cordobés La Voz del Interior)


Fuentes:
Conocimiento personal. Visita con guía.





Viajando se descubre la vida, aunque el trayecto sea corto.

Nota 3:
Cuando conocí la Estancia de la Candelaria, antes había conocido también, un paraje cercano y encantador a orillas del río San Guillermo, llamado “Cruz de Caña”, por el que se pasa viniendo de Cruz del Eje, con destino a aquélla. 

Recordando mis viajes
(diciembre 2011)










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