Aprendiendo a visualizar
Con
el tiempo, y gracias a buenos Maestros, he aprendido que somos co-creadores de
nuestra realidad. A primera vista parece algo insostenible, pero por el
contrario, ocurre y ha ocurrido siempre. Vemos lo que aprendimos a ver. También
vemos lo que queremos ver y esto sucede especialmente en las relaciones.
Desde
otra perspectiva, no podemos sentarnos a esperar que suceda “eso” que deseamos,
sin poner nada de nuestra parte y si bien no podemos modificar al “otro”,
podemos modificarnos nosotros mismos a través de nuestras acciones y
pensamientos. El corolario que resulta es que habremos modificado también
nuestro entorno, entonces veremos “algo” muy parecido a lo que deseábamos.
Esta
humilde introducción sólo para hablarles de un artículo que leí de la escritora
y psicóloga española Carolina Sánchez
Molero, en el que nos habla de cómo podemos traer a nuestra “realidad”
algunos de nuestros deseos más fervientes o algo con lo que soñamos anoche.
El
método, para darle un nombre, sobre el que expone la autora, no es otro que “la
visualización”
He aquí párrafos de
sus enseñanzas:
Imagino que alguna
vez te habrá pasado, que has pensado en una persona y en ese momento has
recibido un mensaje de ella, te ha llamado por teléfono o te la has encontrado
al doblar la esquina. Son cosas “curiosas”, que muchos llaman casualidades.
La casualidad
escapa de nuestro control y de nuestras expectativas, ya que responde al mero
azar, y sin embargo, esos hechos “casuales”, aparecen en nuestro día a día, a
veces con una frecuencia inusual, modificando nuestras creencias o haciéndonos
elegir un camino y no otro.
Para
Melero, la casualidad no existe y
todos esos hechos que no podemos explicar pero que se nos presentan sin
aparentemente provocarlos se forman dentro de nuestra propia mente.
Como
ella, yo también puedo decirles que la humanidad en su estado evolutivo actual,
está lejos aún de modificar su entorno a través de sus pensamientos o
visualizaciones.
Sin
embargo, Melero, nos propone que
hagamos algunas prácticas para que nuestros deseos, pensamientos y
visualizaciones se cumplan.
Para
ello, nos aconseja no tener expectativa
ninguna al respecto. Realizar el “experimento”
con la mente abierta y sin ideas preconcebidas de lo que va a ocurrir.
Una vez, dispuestos
a comenzar, agrega
esta psicóloga de Granada, España, cierra
los ojos y respira profundamente tres veces.
Relaja tu cuerpo y
tu mente, y disfruta de las sensaciones que la relajación te ofrece.
Para visualizar
aquello que quieres imaginar, tienes que creer que esa cosa, persona o paisaje,
está enfrente de ti. Comienza con algo simple. Por ejemplo, sugestiónate hasta
tal punto, que veas con tus ojos cerrados, esa vela encendida que tanto te
tranquiliza, aunque no haya ninguna vela en la habitación.
Dedica el tiempo
que sea necesario para que realmente sientas incluso el olor del humo de la
vela encendida.
Cuando lo hayas
hecho, podrás visualizar cualquier cosa que desees y eso estará en tu realidad,
aunque no exista en tu presente ni cuando abras los ojos, sentencia Melero.
Rescato
que lo importante de la “Visualización” es practicarla con paciencia y sin apuro.
Continuamos
“. . .Cuando por
fin seas capaz de visualizar esa vela como si estuvieras con ella, ve un paso
más allá.
Por ejemplo,
visualiza a esa persona con la que quieres hablar o saber de ella. Siente que
está justo delante de ti, sonriéndote. Cuando lo hayas hecho, pídele que
quieres verla o escucharla pronto, que la echas de menos. Repite la
visualización dos o tres veces al día, cuando estés en silencio y tranquilo.
En vez de una
persona, puedes hacer lo mismo, pero imaginando que está delante de ti, eso que
tanto deseas desde hace tiempo. Puede ser un postre que te apetezca mucho o un
paisaje que deseas ver de cerca. . .”
Cuando
no estés visualizando, abre muy bien los ojos a tus días y a tus noches.
Tu
mundo está en tus ojos.
Sigue
experimentando.
Te espero cada martes
Te visualizo cuando no estás y te necesito cerca,
ResponderEliminarte visualizo si me voy tan sólo unas horas,
te visualizo cuando ansío el regreso a tu lado,
y te veo hermosa, enamorado,
cuando estás junto a mi.