Una diosa en las pampas
El Ñandú: Rhea americana
Un ave
majestuosa, una de las más grandes especies de nuestro país, símbolo de las
pampas sudamericanas, asociada a nuestra historia a través de relatos gauchescos
e indiscutiblemente, atractiva en cuanto a sus características y presencia.
En ambientes
naturales los ñandúes sólo habitan en América del Sur. Su ubicación se extiende
hacia el Norte hasta los llanos del Brasil, el Chaco boliviano y las altiplanicies
de la Puna. Hacia el Sur llega hasta la Patagonia.
Considerada como la "diosa de las aves", recibió del prestigioso científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco, Carl von Linné, (1707-1778) autor del sistema de clasificación binomial, quien en 1758 llamó a nuestro ñandú: Rhea americana.
En la mitología
griega, Rhea es una diosa griega, esposa de Kronos y madre de Zeus.
Son similares al
avestruz africano, sin embargo poseen dos marcadas diferencias:
1 - Menor
tamaño: miden, entre 1,50 y 1,80 metros de altura (la hembra es un poco más
pequeña).
2 - Tres dedos
en cada pie, mientras que el avestruz sólo posee dos.
El ñandú es
incapaz de volar, aunque usa las alas para ayudarse a cambiar de dirección
cuando corre. Todo su cuerpo está adaptado para correr a gran velocidad si se
ve en peligro. Corre dando zancadas. Es torpe para saltar, pero es un buen
nadador si necesita cruzar algún curso de agua.
Se alimenta de
hojas, retoños, frutas, granos, semillas e invertebrados, incluyendo grillos.
También otros animalitos que logre atrapar como anfibios, reptiles y pequeños
mamíferos. Su afición por las serpientes lo hace especialmente útil. Tiene un
estómago con enzimas muy poderosas, por lo cual su voracidad es muy conocida.
La anidación
comienza poco antes de la primavera (en nuestro hemisferio Sur) a finales de
julio o principios de agosto. Continúa hasta enero.
Los machos
anidan solitarios.
La distancia mínima observada entre dos nidos, es de 180 metros, siendo
la distancia promedio de unos 2000 metros.
El nido es un
claro en la tierra que el padre tal vez escarbe. Algunos autores mencionan que
el macho le agrega hierbas y plumones en su interior.
La nidada usual
cuenta de 10 a 60 huevos blanquecinos. Se han documentado nidadas con hasta 80 huevos,
aunque éstas se consideran excepcionales.
Las hembras
ponen los huevos cada 48 horas. Algunos autores describen este intervalo entre
cada huevo depositado de dos a tres días.
Se considera normal que eclosionen un 50% de los huevos.
Éstos son
ovalados, miden de 12 a 15 cm. de largo por 9 a 10 cm. Recién puestos son
verdosos o amarillentos. Con los días el color torna a un color crema claro;
eventualmente llegan a ser casi blancos. La textura del cascarón es porosa.La incubación que toma de 35 a 50 días y que comúnmente comienza al séptimo día de la puesta, es efectuada por el padre, permaneciendo sentado sobre el nido. Sólo se levanta para ir a comer y beber. Las hembras madres, no incuban.
La incubación que toma de 35 a 50 días y que comúnmente comienza al séptimo día de la puesta, es efectuada por el padre, permaneciendo sentado sobre el nido. Sólo se levanta para ir a comer y beber. Las hembras madres, no incuban.
¿Sabías?
La incubación que toma de 35 a 50 días y que comúnmente comienza al séptimo día de la puesta, es efectuada por el padre, permaneciendo sentado sobre el nido. Sólo se levanta para ir a comer y beber. Las hembras madres, no incuban.
Que los huevos
de avestruz se recogen para comer y que muchas personas comen su carne. También
sus pieles se utilizan en la fabricación de cuero y la caza, el suministrar
esta demanda ha reducido su número considerablemente. Hoy en día, las leyes
propias han limitado la caza y la cría de ñandú para estos usos comerciales.
Normalmente todos los pichones nacen el mismo día o en dos días, menos de 48 horas entre el primero y el último. Cuando los pichones salen del cascarón ya tienen el cuerpo cubierto de plumones amarillos oscuros con rayas negras a lo largo del cuerpo. Pronto empezarán a lucir como miniaturas de los adultos. Al poco rato de nacidos ya se pueden valer por sí mismo; son nidífugos, si bien permanecen con el padre hasta los 4 a 6 meses. Éste continuará dejando a los jovencitos esconderse bajo sus alas por un tiempo.
Las aves nidífugas poseen al nacer un estado de desarrollo avanzado, siendo capaces de llevar una vida independiente de sus progenitores. Por lo general, dejan el nido apenas salen del cascarón, siendo capaces de movilizarse y de controlar su temperatura.
Cuando la
mayoría de los pichones ya han salido del huevo, el padre abandona el sitio y
emprende su marcha. Los primeros diez o quince días está en alerta y defiende
con suma agresión a sus pequeños de todo animal que se les acerque. A pesar que
no los alimenta, el papá ñandú les enseña a procurarse el alimento y los
conduce por buenos caminos. Después de un par de semanas es posible que dos o
más padres decidan vagar juntos, con los pequeñuelos formando una multitud tras
ellos.
El ñandú tiene
una longevidad aproximada de entre 30 a 35 años y alcanza la madurez a los dos
o tres años.
Los ñandúes son
animales gregarios, durante el otoño y el invierno forman grandes grupos de 20
a 30 ejemplares, aunque se han observado hasta 50 individuos juntos.
A medida que se
acerca la época de reproducción se van disgregando, y aparecen grupos menos
numerosos en razón de la competencia por el apareamiento. Estas aves practican
la poliginia (organización social que desarrollan aquellas especies en las que
un macho se aparea con muchas hembras, sin permitir que otro macho acceda a la
misma posibilidad), y la poliandria (o sea la organización social de algunos
animales por la que una sola hembra fértil vive con varios machos).
Los ñandúes aún
sobreviven libres en nuestro país y son un orgullo entre nuestra avifauna.
Fuentes:
http://www.fotosaves.com.ar/Rheiformes/FotosRheas_Nandu.html
El tiempo pasa que no sea en vano
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