Un lazo histórico-religioso entre Córdoba y Tenerife
¿Quién habría de decir que en una capilla, testimonio de la destacada misión de los Padres de la Compañía de Jesús en las desoladas tierras de la pampa de altura cordobesa, próxima al cordón montañoso de la Sierras Grandes, de la Provincia de Córdoba, ha permanecido por más de tres siglos, una virgen tallada en madera traída desde Tenerife por su dueño, en los albores del Siglo XVII?
Enclavada en la llanura de
la pampa cordobesa, a 1200
metros de altura se encuentra la Estancia jesuítica: “La
Candelaria”, en un valle del N de las Sierras Grandes, entre éstas y las
Sierras chicas.
Fue declarada Patrimonio
Mundial de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000. Es además Monumento
histórico Nacional (1941) y Provincial (1982).
A comienzos del siglo XVII,
el Capitán García de Vera y Mujica
recibe la merced de tierras correspondiente a las extensiones en las que,
más tarde se levantaría la Estancia de la Candelaria, a orillas del río
Guamanes, hoy, de La Candelaria. Entre 1673 y 1678, según fuentes, su hijo,
enfermo y sin descendientes las entrega en donación a los sacerdotes de La
Compañía de Jesús, quienes toman posesión de ellas, recién en el año 1683. A partir de entonces,
la Orden recibe otras donaciones y adquiere tierras colindantes hasta
consolidar una fracción de 300.000 hectáreas , la que se extendía desde Los
Gigantes (N de las Sierras Grandes) hasta los bañados de Soto, en el actual
Departamento Cruz del Eje.
A poco tiempo de tomar posesión de la propiedad, los jesuitas comenzaron las obras destinadas a levantar una capilla con su correspondiente sacristía y algunas habitaciones contiguas para viviendas. Se supone que en el año 1693 se inició la construcción pues esa fecha aparece grabada a cuchillo en el dintel de una puerta de algarrobo.
A poco tiempo de tomar posesión de la propiedad, los jesuitas comenzaron las obras destinadas a levantar una capilla con su correspondiente sacristía y algunas habitaciones contiguas para viviendas. Se supone que en el año 1693 se inició la construcción pues esa fecha aparece grabada a cuchillo en el dintel de una puerta de algarrobo.
La Estancia de la Candelaria en
manos jesuitas, llegó a ser el mejor ejemplo de un establecimiento serrano
productor de ganadería, fundamentalmente mular, destinado al tráfico de bienes
desde y hacia el Alto Perú.
La
iglesia, con sus muros rocosos y sus líneas austeras, sobresale por su espadaña
barroca que acuna tres campanas. Permanece casi intacta, blanca de cal, excepto
en el altar donde se destacan sus colores pasteles y ornamentos simples, con
algunas imágenes y una talla en madera realizada en el siglo XVII de la Virgen de la Candelaria, traída desde
Canarias por García de Vera y Mujica
oriundo de Tenerife.
Interior de la Capilla en la Estancia jesuítica de La Candelaria, Córdoba, Argentina Fotografía de Claudio J. Lauret |
La conmemoración de la Virgen de la candelaria es una fiesta religiosa y popular que se celebra desde 1683 en el lugar de emplazamiento de la estancia, todos los 2 de febrero con gran convocatoria de gente de las sierras y agrupaciones gauchas, sacándose la imagen de la virgen en procesión.
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