¡Un gran avance!

¿Meditamos? ¡Meditemos!




Tal vez a muchos occidentales todavía les parezca infructuoso, poco serio o simplemente aburrido, sentarse a Meditar, es decir tratar de poner nuestra Mente en blanco, quizás frente a una o varias velas encendidas bajo el tranquilizador aroma de un saumerio y en un ambiente penumbroso y calmo.




Sin embargo, esta práctica que nos viene de Oriente comienza a ser reconocida por la Medicina Tradicional como una terapia más que alternativa, complementaria para combatir varios males de este momento en el Mundo que nos toca vivir: El Estrés, la Angustia, la Ansiedad, el Pánico y hasta la hipertensión.
Un poco de esfuerzo y organización, nada más nos hace falta para iniciar el viaje hacia nuestro interior. Uno de los vehículos que podemos utilizar, es sin lugar a dudas: La Meditación.



Unos años atrás, distintos investigadores del campo de la neurología, como el famoso Daniel Goleman, dieron un paso más con el consentimiento del Dalai Lama. Así, distintos monjes budistas entrenados en el arte de la meditación fueron estudiados bajo la lente de los resonadores nucleares de última generación. Las imágenes que evidenciaron diferencias en el funcionamiento cerebral de los meditadores dieron la vuelta al mundo y desde entonces las investigaciones se multiplicaron.
El último capítulo de este escrutinio científico sobre una práctica milenaria lo escribió un equipo del Laboratorio de Neuroimágenes de la Universidad de California, Estados Unidos. Con tecnología de última generación los científicos compararon los cerebros de 44 personas: 22 de ellas sin antecedentes de meditación y 22 con un entrenamiento en esta práctica milenaria que osciló entre los 5 y los 46 años, con un promedio de 24 años practicando alguna de las múltiples formas de meditación.
Esta vez, los científicos se centraron no ya en los efectos de la meditación sobre el funcionamiento cerebral, sino en su influencia sobre la estructura misma del cerebro. Eileen Luders, autora del estudio publicado en la revista Neuroimage , explica sus asombrosos hallazgos: "Los meditadores tienen más materia gris en aquellas zonas del cerebro relacionadas con el control de las emociones".


"Quienes meditan tienen más materia gris"
lanacion.com | Ciencia/Salud | S?do 26 de junio de 2010

Comentarios

  1. ZM, esta entrada es maravillosa, nada más lejos de lo aburrido que sentarse a meditar, por el contrario, esos momentos en los que uno se detiene y mira en su interior se van covirtiendo poco a poco en algo imprescindible en el día a día. es algo que hay que probar por uno mismo, las palabras no pueden definirlo!
    un abrazo fuerte.

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  2. Es cierto Patricia de Palma. Gracias por estar a mi lado. Un abrazo

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  3. ZM, tienes razón en todo lo que dices. Yo, sin embargo, no logro concentrarme totalmente para poder meditar a fondo. Intento pero no lo consigo. Supongo que será cosa de practicar y practicar.

    Gracias por el comentario.Un beso.

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  4. Que nota tan interesante los estudios realizados a monjes demuestran que el meditar no sólo constituye valor espiritual sino quedó demostrado el buen funcionamiento de las zonas cerebrales, saludos ZM sigue publicando temas interesantes y ahora mismo intentaré concentrarme en mi interior.

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