Pantallazo
¡Por una feliz y pacífica convivencia en 2015!
Todos
los humanos tenemos el mismo origen en cuanto a territorio y antecesores.
El
hombre no puede vivir solo. Para desarrollarse necesita de otros hombres.
Necesitó del grupo en su versión anterior al homo sapiens, necesitó de la
comunidad, más tarde, es decir, de la interrelación con sus congéneres. Para
multiplicar la especie hubieron de existir machos y hembras. Así se dio paso a
la familia, con la unión de familias llegan los Clanes. Se esboza el Derecho
bajo forma de algunas reglas y su consecuencia: el sometimiento de los miembros
del Clan a las mismas.
El
hombre utiliza el trueque de la mujer para afianzar las relaciones y evitar las
enemistades. Los hombres de un clan se casan con las mujeres del otro. El
hombre se establece y se relaciona con la tierra, aún cuando alterne sus
asentamientos según las épocas del año. Aparece el trueque comercial (Yo te
doy, Tú me das a cambio). Los asentamientos estables forman ciudades, nace el
Poderoso, dueño del territorio. Los súbditos trabajan para él. El conocimiento
humano crece. Ya ha desarrollado la comunicación oral, ahora le toca a la
escrita. Las ciudades se unen para defenderse de comunidades más atrasadas.
Surge la ciudad-Estado con la aparición del Derecho. Éstas se asocian con fines
de colaboración entre ellas, compartiendo necesidades, se defienden “de”,
comparten “el agua”. Nace el Reino. El Rey manda, el pueblo obedece. Hay reyes
tales y tales, sin calificar. Una nueva forma de relación une a los Reinos, ya
sea con fines religiosos o de conquista. Surge el Imperio.
Tiempos
de guerras se avecinan con el fin de expansión, las culturas y el conocimiento
se cruzan en el camino y de oriente nos llegan los números vulgarmente
conocidos como arábigos, puesto que los
árabes se ocuparon de difundirlos, la seda, las especias, el té, nuevas
religiones, nuevos pensamientos, el hombre profundiza su interrelación. También
con fines de conquista. Nace la rebelión. Surgen las Naciones, es decir la
aglutinación de comunidades con símbolos que las diferencias unas de otras,
existe la identidad de los pueblos, comparten creencias, idioma, historia,
tradición y costumbres.
El
hombre ha crecido, habla, escribe, gobierna, legisla. Ahora tiene algunos
derechos y muchas obligaciones. No abandona la guerra, pero toma forma la delimitación
de territorios y la institucionalización de la Nación con el dictado de una
Carta Magna. Surgen los países. Avanza el Estado de Derecho, pero la
discriminación que nació con el hombre, aparece regulada en Leyes, en todas sus
expresiones, de raza, etnia, sexo, creencia, clase, sangre.
Sin
embargo, se conquistan derechos, se siguen negando otros. Las luchas humanas
pasan por las organizaciones: Se unen los Estados, se unen los trabajadores, se
unen las mujeres, etc. La Industria y la Tecnología ensalzan al hombre, las
distancias dejan de existir. A través de la cibernética, la comunicación no
tiene barreras. Los países interactúan entre sí con distintos fines. Continúa
el ciclo. Llegamos a la Aldea Global. Todos estamos conectados de una u otra
forma. Seguimos necesitándonos.
Un
hilo invisible, enhebrado quizás, en tiempos de los australopitecus, zigzagueante en las sendas de la evolución, ha entrelazado
a nuestros antepasados, ha hecho desarrollar nuestras potencialidades y nos ha
traido al presente, bajo el nombre de CONVIVENCIA. Sin ella NO hubiésemos
existido. La Convivencia del hombre con
el hombre ha desarrollado la cooperación, base la sociedad, a pesar de que la
Historia sólo ha recordado las crisis por las que pasó la relación humana. La
convivencia ha sido, sigue siendo y será la energía, la fuerza vital que no
vemos, pero que experimentamos todos los días, ésa que permitió, permite y
permitirá la Humanidad.
Comentarios
Publicar un comentario
La conexión es sabiduría. Gracias por conectarte!